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‘Somos una familia de cirqueros’
Domingo, 13 de Julio de 2008

JUNTOS  Más de la mitad de su vida la ha pasado al lado de Lorenza Newton, su novia desde la preparatoria y después su esposa.(Foto Agencia Reforma)
Cambiar residencia cada dos años es complicado para la familia de Guillermo del Toro * Revela el cineasta que su peor pesadilla es tender camas
CIUDAD DE MÉXICO.- Ha sido capaz de crear una de las razas más sanguinarias de vampiros para Blade II, de rebasar cualquier expectativa a través del mundo mitológico de El Laberinto del Fauno y de demostrar su maestría técnica en una superproducción, como en el caso de las dos entregas de Hellboy.

Pero una cama destendida es su mayor pesadilla, y la creatividad que lo caracteriza no le alcanza para componerla.

Así es Guillermo del Toro, el realizador mexicano más sobresaliente en los últimos años en el cine fantástico, a quien le gusta romper esquemas, tanto que ha preferido viajar por el mundo en busca de nuevas aventuras para el celuloide que llevar una "vida normal" al lado de su familia.

Sus hijas Mariana, de 12 años, y Marisa, de 7, prácticamente han crecido fuera de México.

Las pequeñas, al igual que su esposa Lorenza Newton Pineda (prima de la cantante Guadalupe Pineda), han tratado de pasarla lo mejor posible en hogares provisionales en Canadá, Los Ángeles, Nueva York, Londres, Praga y Budapest.

"Hubo un momento crucial, en el que asumimos que somos una familia de cirqueros y que debíamos viajar con el circo. Ha sido muy complicado, porque tenemos que cambiar de casa cada año y medio o dos, cambiar a las niñas de escuela, con todo lo que implica.

"Suena infinitamente caché cuando dices: ‘Vámonos a Madrid a vivir tres años’, pero luego no te acabas de adaptar cuando ya te tienes que cambiar a otro lado.

Es como cuando promueves una película y te dicen que vas a ir a Italia, Finlandia y París, pero sólo vas del aeropuerto al hotel y del hotel al aeropuerto.

Jamás ves la pinche Torre Eiffel", comenta sonriente el realizador.

Ese peregrinar de la familia Del Toro Newton es un ejemplo hasta para algunas estrellas de Hollywood.

"Con él aprendí el valor de la lealtad, el amor a la familia, porque sus hijas y su esposa están en todos lados, en Los Ángeles, en Londres, a donde vaya él.

"Además, siempre refleja ese cariño en su equipo de producción, trata a todos como familia, siempre mantiene a su gente cercana en los rodajes, por eso hay mucho de Guillermo en Hellboy II", dice Selma Blair, actriz protagónica de las dos cintas sobre el demonio rojo.

Del Toro tiene 43 años y ha pasado 24 al lado de su inseparable Lorenza, de quien se enamoró cuando ambos estudiaban la preparatoria en el Instituto de Ciencias de Guadalajara.

"Todo lo que he logrado, definitivamente, ha sido con el apoyo de ella", expresa el realizador.

Es por eso que cuando está en casa, se olvida de las historias de terror y fantasía para entrar en los derroteros de la vida cotidiana. Colabora con su esposa en los quehaceres de la casa, barre, lava trastes y limpia la mesa.

La única misión imposible para él es tender una cama. En cambio, gustoso, se sienta a ayudar a sus pequeñas con las tareas escolares, pues enseñar es algo que se le da de manera natural.

Pero de lo que más orgulloso está es que tanto Mariana como Marisa son sensibles a las artes. Les gusta la música, la cultura, los idiomas, el cine y, sobre todo, lo que él hace.

"Su vida ha sido distinta, han estado conmigo en los sets desde pequeñas y por eso creo que les gustan mis películas, son muy fans, les encantan los monstruos, aunque El Hombre Pálido (de El Laberinto del Fauno) les da mucho miedo.

"Mi mujer está enamorada de Hellboy y de Wink (personaje de Hellboy II). Le encantan los robots del Ejército Dorado, le parecen muy guapos, ama los monstruos, si no, no se hubiera casado conmigo", cuenta.

Vivir poco más de una década en el extranjero es precisamente lo que ha fortalecido su esencia mexicana.

Por eso no deja de comer, cuando tiene oportunidad, la tradicional pancita, los tacos de barbacoa y los gusanos de maguey, platos fuertes en su dieta cuando vivía en Guadalajara.

Y aunque ha bajado alrededor de 30 kilos con los hábitos alimenticios que ha adquirido en los últimos años, no perderá el sobrenombre de "El Gordo", como lo llaman sus allegados.

"Soy bien tragón, así que lo gordo nunca se me va a quitar. La batalla contra la báscula está perdida, la verdad", expresa sonriente.

Además, en su maleta siempre hay CDs de Los Panchos, José José y Napoleón, música que acompañó algunas de sus más divertidas borracheras y que lo hace sentir en su País.

No obstante, es lejana la posibilidad de que Guillermo Del Toro regrese a la tierra en que nació siquiera a filmar. Principalmente, por motivos de seguridad.

En 1997, a los 33 años, Hollywood le abrió las puertas a su talento, Guillermo recibió 30 millones de dólares de presupuesto de los estudios Miramax para filmar su segunda cinta, Mimic.

En ese entonces, fue enterado por su familia de que su papá, el empresario automotriz Federico del Toro, había sido secuestrado en Guadalajara.

Aunque don Federico fue liberado, hubo mucha presión económica de parte de sus captores, al grado que se tuvo que pagar dos veces el monto fijado de rescate.

Tras ese amargo acontecimiento, sus papás y hermanos, así como él salieron de Guadalajara.

"Es más difícil para mí volver a México ahorita, simple y sencillamente por seguridad. Es triste para mí pero sería bastante irresponsable porque soy responsable de otras vidas (su familia) y no puedo arriesgarlas o que se queden sin padre", afirma.

Su residencia está en Los Ángeles, ciudad estadounidense en la que actualmente batalla, desde hace unos días, para poner en orden sus más de 7 mil películas en DVD y sus 6 mil cómics.

Como ya no le caben en su casa, pues compartían el espacio con la biblioteca y los juguetes que colecciona, Del Toro prepara ya una mudanza a una oficina que ha adquirido.

"Yo las clasifico, las acomodo y las limpio, no me gusta que nadie me acomode ni los libros ni los juguetes, nada, yo lo hago todo con calma. Tengo más libros que juguetes, tengo algunos juguetes de colección, muchos cómics mexicanos, europeos, americanos", destaca.

De ahora en adelante será más selectivo para adquirir películas. Por ejemplo, de momento sólo comprará un par de cintas de Luis Buñuel que apenas salieron en formato DVD, como Susana y El Bruto.

Si tiene tiempo libre para ver cine, selecciona títulos clásicos y cortos de nuevos cineastas de todas las nacionalidades.

La prioridad de Del Toro ahora es tomarse pronto unas vacaciones de 10 días en una playa mexicana, ya que desde 2005 no ha hecho un viaje de placer con su esposa e hijas.

Después instalará su "circo" en Nueva Zelanda, para desarrollar, filmar y posproducir a lo largo de cuatro años dos cintas de El Hobbit, de J.R.R. Tolkien, bajo el cobijo de Peter Jackson (realizador de la trilogía El Señor de los Anillos).

"Yo creo que esta será la última vez que las niñas me acompañen a un rodaje, porque a los 14 ya empiezas a echar novio y ya no quieres saber nada de los padres.

Ya veremos qué pasa", dice en tono de lamento el director. (Agencia Reforma)

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