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VUELTA 98

El Vitalicio ya tiene su etapa

Zintchenko gana de manera limpia en el triángulo de Sabiñánigo

Andaba el Vitalicio buscando una etapa, ese premio de la jornada que justifica la participación en una gran ronda, de la mano de Santi Blanco. Fue el corredor del Puerto de Béjar el encargado de iniciar el camino. Lo intentó en varias jornadas. Desde lejos, a mitad de carrera o al final. Siempre fuera del paréntesis de la alta montaña, terreno reservado para Clavero, quinto en la general y la opción más sólida del Vitalicio. La última iniciativa del equipo de la firma de seguros se firmó en la llegada a Canfranc, hace dos días. Pero allí estaba Bugno. Blanco optó al segundo puesto. Vuelta a empezar. Casero se había caído de la Vuelta en Cerler al llegar fuera de control. El esfuerzo de Blanco era notorio. Javier Mínguez, el director, tiró de los rusos. Le salió bien. Andrei Zintchenko, el ruso de Soria, brindó ayer la primera victoria del Vitalicio en el triángulo de Sabiñánigo. Fue un triunfo limpio, bello el suyo, atacando de lejos sin mirar atrás y siempre con la vista en el horizonte.La etapa de ayer, con salida y llegada en Sabiñánigo, resultó preciosa. Era la jornada en que la organización de la Vuelta la había destinado a pedalear la mitad de ella por carreteras francesas, en el Pirineo del país vecino. Los acontecimientos del Tour decidieron cambiar el itinerario para no encontrarse con posibles registros de los gendarmes franceses a los coches de los equipos participantes. No más EPO. Una etapa, que en principio, se presumía beneficiosa para el Kelme -ambién para Jiménez- por los puertos de primera categoría como el Portalet y el Col de Marie Blanque. No fue un cambio de última hora, sino diseñado al final del Tour. Las estrategias de los equipos estaban dibujadas desde el inicio de la carrera, en Córdoba.

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Pues sí que está cara el agua

El triángulo de Sabiñánigo iba a romper la carrera. Pasado el obstáculo del puerto de Formigal, se entró en el circuito de unos 35 kilómetros, por carreteras estrechas y con el alto de Navasa, de tercera categoría. Tres veces había que recorrer el itinerario. Las hostilidades las inició Zintchenko. Estaba planificado. Mínguez mandó al ruso por delante. Poco después Blanco se unió a un segundo grupo formado por Mauri, Sorensen y Rubiera. El Banesto, mientras, controlaba a distancia, dejando hacer. Y el Kelme dando tirones en un intento de descolocar a Olano.

Abierto el hueco entre Zintchenko y el pelotón, sólo se podía esperar que el grupo mantuviera un ritmo de mantenimiento. El ruso estuvo unos 40 kilómetros con una ventaja entre los 35 y 40 segundos. El Vitalicio, por si acaso, tenía la baza de Domínguez al conseguir estar en el salto que protagonizaron Dierckxens, Etxebarria y Serpellini. No hizo falta. Zintchenko, curiosamente, vio cómo se aumentaba su diferencia y llegó a meta con más de dos minutos. Un carrerón, una victoria limpia, y un homenaje al padre de su compañero de equipo, Pruden Induráin.

Mientras todo se desarrollaba, Richard Virenque se dejó ver en la última subida al alto de Navasa. Al francés se le vio suelto y con ganas, dispuesto a dinamitar la Vuelta en la montaña de la próxima semana. Tiene una deuda con la ronda española. Pero ayer no estaba en su terreno predilecto, pese a ir acompañado de Serrano (Kelme) en su fuga de los favoritos. Fueron alcanzados pero pusieron tensión.

Resultó una bella etapa. Superado el ecuador de la Vuelta, la carretera se abre a partir de hoy para los sprinters. Vuelve el llano, aunque sólo por dos días. La laguna Negra del Neira espera a los ciclistas el lunes. La penúltima oportunidad para los Escartín, Heras y compañía de intentar el asalto al liderato de Olano, de conseguir, de una vez por todas, aislar al guipuzcoano de sus escuderos de cordada. Eso siempre con el permiso del Chaba Jiménez. Mientras, la ONCE-Deutsche Bank, con Jalabert, se mantiene a la expectativa.

La anécdota perteneció a Alexandre Moos. El del Saeco arrancó en el último kilómetro y cruzó la meta con los brazos en alto. Creía haber conseguido la victoria de su vida.

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