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El juicio contra Rubiales por el beso no consentido a Hermoso comenzará el 3 de febrero de 2025

La Audiencia Nacional tiene previsto que la vista se prolongue 11 días en los que, junto al expresidente de la RFEF, se sentarán en el banquillo otras tres personas de su equipo: Luque, Vilda y Rivera

Juicio a Rubiales
Luis Rubiales, en una de sus comparecencias en la Audiencia Nacional por el beso no consentido a Jennifer Hermoso, en una imagen de archivo.
Óscar López-Fonseca

El juicio por el beso no consentido del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora de la selección española Jennifer Hermoso tras la final del pasado mundial de fútbol, celebrada el 20 de agosto del año pasado en Sídney (Australia) ya tiene fecha de inicio. La Audiencia Nacional ha fijado para el 3 de febrero de 2025, dentro de casi ocho meses, el inicio de la vista oral en la que, junto a Rubiales, también se sentarán en el banquillo de los acusados el entonces director deportivo de la selección masculina, Albert Luque; el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y el exresponsable de marketing de la Federación Rubén Rivera por las coacciones posteriores a la futbolista. El Juzgado Central de lo Penal tiene previsto que el juicio se prolongue durante 11 jornadas y que finalice el 19 del mismo mes.

La Fiscalía pide para Rubiales dos años y medio de prisión por los delitos de agresión sexual y coacciones, y un año y medio para los otros tres encausados por esta última infracción penal. Además, solicitaba para los cuatro acusados la prohibición de comunicarse con Hermoso, así como también la prohibición de acercarse a la misma o mantenerse en sus proximidades en un radio de 200 metros durante siete años y seis meses en el caso del expresidente de la federación y cuatro años en los casos de Luque, Vilda y Rivera. También plantea para los cuatro la inhabilitación especial para trabajar en el ámbito deportivo durante el tiempo de condena. Rubiales tiene otro frente judicial abierto, en este caso en un juzgado de Majadahonda (Madrid) en el que se le investiga por supuestas irregularidades en la RFEF durante su mandato (2018-2023) dentro de la Operación Brodie contra la corrupción.

En el auto del pasado marzo en el que proponía juzgar a Rubiales y sus tres colaboradores, el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge, instructor del sumario, señalaba en el relato de hechos que, durante el saludo protocolario previo a la entrega del trofeo de campeonas del mundo, el entonces presidente de la federación “sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, a la altura de los oídos, y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello”. El magistrado destacaba que la jugadora, “desconcertada y sorprendida”, no tuvo tiempo de reaccionar y que si bien “trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la selección” el trascurso de las horas “fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida”.

El juez añadía que en el vuelo de regreso a España, Rubiales intentó que Hermoso accediera “a hacer una manifestación pública, realizada conjuntamente con él, afirmando que el beso había sido consentido, a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar”. El entonces presidente federativo supuestamente pidió entonces a Vilda, en aquel momento aún seleccionador, que hablase con el hermano de la futbolista “para convencerla de que participase en la realización de un video con el contenido pretendido”. Así lo hizo supuestamente Vilda, quien advirtió al familiar de Hermoso que, en caso de no hacerlo, “su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista”.

Una vez en España, el juez consideró que Rivera, responsable de marketing de la RFEF y también encausado, pidió también a Hermoso “de manera reiterada y persistente” que participase en el vídeo exculpatorio para Rubiales, presiones en las que presuntamente participó posteriormente el cuarto de los implicados, Albert Luque. Este llegó a personarse en el hotel donde se alojaba la jugadora durante un viaje para forzar a esta a hablar con él. Este directivo también intentó convencer a una amiga de la futbolista para que la convenciera. Ante su negativa, este “envió un mensaje de [la aplicación de telefonía] whatsapp a la amiga de Jennifer, insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Luis Rubiales expresando su enfado, acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda”.

Por todo ello, el magistrado concluía que existían “sólidos indicios” de que el beso a la jugadora “no fue consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva” del máximo directivo del fútbol español. Sobre los otros tres encausados, el juez cree que participaron presuntamente en una serie de maniobras para tratar de “doblegar la voluntad” de Hermoso. “Las presiones a las que se sometió a la jugadora le crearon una situación de ansiedad e intenso estrés”, destacaba el instructor en su resolución judicial.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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