Francia: Investigación sobre la esclavitud arroja sorprendentes descubrimientos
En Francia, el 10 de mayo es el Día Nacional de la Memoria de la Trata de Esclavos, la Esclavitud y su Abolición desde 2006. Hace pocos días, un equipo del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) publicó la lista de los beneficiarios de las indemnizaciones concedidas por la Segunda República francesa tras la abolición de la esclavitud en 1848. Y los beneficiarios no son necesariamente los que uno podría pensar.
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El 27 de abril de 1848, la esclavitud fue definitivamente abolida en Francia, y como consecuencia, el Estado francés pagó indemnizaciones a los propietarios de esclavos. El Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) acaba de poner en línea, 150 años después, una base de datos que detalla estas indemnizaciones, en el marco del proyecto "Repairs" (reparaciones).
Estos datos permiten comprender mejor la sociedad esclavista de la época y rastrear el origen de ciertas dinastías empresariales o compañías que aún existen, subraya el diario Le Monde, como en el caso de la familia Gradis, cuyos descendientes dirigen ahora una empresa de gestión de inversiones financieras.
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No todos eran colonos blancos…
Lo cierto es que, en contra de la creencia popular, los 10.000 propietarios de esclavos que recibieron una indemnización de 126 millones de francos oro (1,3% de la renta nacional, el equivalente a 27.000 millones de euros actuales) a partir de 1849 no eran todos colonos blancos.
Según los cálculos de Jessica Balguy, doctoranda de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), el 30% de los propietarios de esclavos en Martinica eran negros o mestizos, en su mayoría pequeños propietarios. Entre ellos se encontraban algunos emancipados, llamados "libres de color", que habían comprado a sus hijos o nietos sin tener los medios necesarios para emanciparlos.
Las mujeres también ocupaban un lugar importante entre los beneficiarios de la indemnización colonial. "Muchas de estas mujeres eran viudas de colonos y mujeres solteras que poseían algunos esclavos", explica la investigadora.
…ni ricos propietarios
Los perfiles de los propietarios eran muy heterogéneos, y si bien algunos se volvieron ricos (Louis Marie Gabriel Le Coat de Kerveguen, originario de la Isla de la Reunión, recibió 1,9 millones de francos de oro por la emancipación de 1.680 esclavos), no fue el caso de todos. Los títulos de indemnización muchas veces no sirvieron para un enriquecimiento personal, sino para pagar deudas o cuentas.
Las indemnizaciones pagadas por el Estado francés se fijaron en función del precio de los esclavos en cada territorio. Los precios eran más altos en las colonias azucareras, como en la Isla de la Reunión, Martinica o Guadalupe.
La base de datos también revela cómo los especuladores se enriquecieron con la indemnización. Algunos individuos que no tenían nada que ver con la esclavitud decidieron comprar títulos poco tiempo antes de su abolición para beneficiarse de las indemnizaciones.
Las reparaciones, un debate siempre de actualidad
A la hora de abolir la esclavitud, la cuestión de las reparaciones fue objeto de debates. La propiedad de esclavos era legal, por lo que algunos consideraban la abolición como una expropiación que merecía una compensación. Otros se oponían, en nombre de la justicia moral y del principio de que ningún ser humano puede ser asimilado a una propiedad, e incluso exigían una reparación para los ex esclavos.
Myriam Cottias, investigadora del CNRS, explica a Le Monde que "aunque Victor Schœlcher, uno de los artífices de la abolición, defendió inicialmente la indemnización de los esclavos, cedió a la presión de los colonos por cálculo político, para que se aprobara el decreto".
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Hoy en día, la apertura de estos archivos reabre el debate sobre la reparación del daño sufrido durante la esclavitud. En el Caribe, varios Estados han presentado una solicitud oficial desde la publicación de esta base de datos, pero para el historiador Pap Ndiaye, profesor en la escuela Sciences Po, estos archivos difícilmente pueden servir de base para reclamar reparaciones porque no permiten "identificar de forma clara a las personas a las que hay que pedir reparaciones".
"En lugar de plantear preguntas sobre las reparaciones, empecemos por las desigualdades actuales. ¿Quiénes son los que más sufren la desigualdad en las antiguas colonias francesas? ¿Quién es el propietario del terreno? Los descendientes de los esclavos están en la parte inferior de la escala social. Partamos de estas realidades para aportar más justicia social", concluye el historiador.
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