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Entrevista al Coordinador Residente: Alfredo Missair, Nicaragua
Entrevista al finalizar la misión: El Coordinador Residente Alfredo Missair habla de promover los ODM en Nicaragua

  • El Coordinador Residente Alfredo Missair tuvo la iniciativa de introducir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en el ámbito político de Nicaragua. Además, condujo acciones para fomentar el apoyo a los ODM en todo el país e incorporar los ODM en las políticas.
  • El Equipo de las Naciones Unidas en el país (UNCT) basó la Evaluación común para el país (CCA) en las consultas celebradas con interesados directos clave de toda la gama política, velando por obtener un amplio apoyo, tanto para la CCA como para el Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (MANUD). Ésta ha sido la base del éxito del UNCT. Gracias a la creación de un “equipo ideal” coherente, el Sr. Missair logró movilizar cantidades sustanciales de recursos con destino a programas para los ODM, a pesar de la crisis financiera mundial.

Alfredo Missair

Cuando Alfredo Missair asumió el cargo de Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Nicaragua, en agosto de 2005, decidió algo sorprendente: adoptar un enfoque político. “El primer día tras mi llegada a Nicaragua, presencié motines populares, autobuses escolares quemados en las calles, el hijo del Presidente apedreado en la cabeza, y todo el país en el nivel 2 (de medidas de seguridad)”, dice el Sr. Missair, oriundo de la Argentina y arquitecto de formación, que luego se especializó en planeamiento urbano y, más tarde, pasó a ocuparse de desarrollo infantil, pobreza y asistencia de emergencia, trabajando para el UNICEF.

En general, la respuesta del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo había sido mantener poca visibilidad y evitar el campo minado de la actividad política, sabiendo muy bien que, cuando se crea una situación extrema, se espera del mismo sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo que contribuya a subsanar la situación.

Pero, a juicio del Sr. Missair, no era ése un momento para guardar silencio, sino para tomar la iniciativa. “Todos estaban inmersos en un clima tenso e implacable. Pero no había ningún debate sobre cuestiones sociales o de derechos humanos. Era algo así como una puja sin objeto”, dice el Sr. Missair. En consecuencia, presentó una propuesta al Equipo de las Naciones Unidas en el país. “Les dije: señores, ¿por qué no tratamos de dar un cariz político a los ODM? Por lo general, durante los procesos electorales, las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son muy cautos, pero yo les dije: no se preocupen, no vamos a inmiscuirnos en luchas políticas, sino más bien, vamos a promover políticas que incorporen los ODM”. Lo que estaba en juego era de gran magnitud. Nicaragua es, entre los países del hemisferio occidental, el que ocupa el segundo lugar entre los más pobres, después de Haití, y el riesgo era que la pobreza se arraigara cada vez más. El Sr. Missair decidió que tenía importancia crucial incorporar esas cuestiones en el ámbito del debate político antes de que fuera demasiado tarde. “Publicamos un extenso artículo en el que yo decía: aquí estoy y aquí me quedo; ofreceré a los candidatos la asistencia de las Naciones Unidas a fin de incorporar los ODM en el debate político y ofreceré al nuevo Gobierno mi asistencia para el logro de los ODM”.

El Sr. Missair sabía que estaba avanzando sobre arenas movedizas; en consecuencia, en lugar de empezar exhortando al diálogo, lo primero que hizo fue iniciar una gira para escuchar a todos los protagonistas principales. “Les dije: vengo a escucharlos, y no a tratar de persuadirlos de que adopten mi manera de pensar”.

Las partes interesadas aceptaron su oferta. “Comencé a hablar de educación y de pobreza, y después preparamos una matriz que reflejaba quiénes estaban incorporando estos temas en sus discursos y quiénes estaban aprovechando el apoyo técnico que ofrecíamos”. Mientras tanto, el Equipo de las Naciones Unidas también estaba atareado poniendo la casa en orden. Basándose en los resultados de llevar los ODM a la esfera política, los organismos de las Naciones Unidas estaban trabajando intensamente en la Evaluación común para el país. La idea era estar en condiciones de ofrecer un nuevo Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo tan pronto como el Gobierno asumiera sus funciones, sin perder tiempo.

“Dispusimos de un período en que pudimos tomar conocimiento recíproco entre las distintas organizaciones y tuvimos oportunidad de congregarnos en torno a una única voz y un único equipo”, dice el Sr. Missair. “Por otra parte, puede ser muy difícil lograr que cada organismo avance hasta una modalidad operacional concreta, y es bien posible terminar esperando una solución que nunca llega. Por consiguiente, lo mejor es arbitrar una solución práctica sobre el terreno”.

Los organismos de las Naciones Unidas aguardaron en silencio hasta que el nuevo Gobierno sandinista hubo asumido el poder. Pero tan pronto como lo hizo, “dimos a conocer públicamente el documento de la CCA, muy bien impreso, en que se reflejaban no sólo las ideas del nuevo Gobierno, sino también las de la oposición. Nadie podía decir: “no, yo no estaba de acuerdo con esto””.

Por consiguiente, fue posible iniciar sin tardanza las tareas para el MANUD. El Sr. Missair dice: “el Gobierno estaba muy interesado y no tardó en encauzar a muchas personas talentosas del país hacia la formulación de prioridades, sobre la base de un análisis en común con todos los partidos políticos”. “Fue el primer acuerdo con el Gobierno, del cual nos enorgullecimos mucho. El Gobierno propuso al Fondo Monetario Internacional (FMI) la inclusión de los ODM como pauta de medición del éxito de ese programa. Contaba con nuestro apoyo, y tenía legitimidad.

Pero ése fue sólo el comienzo de la labor. A continuación, fue preciso difundir la idea de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en todo el país, en zonas tanto urbanas como rurales. Una de las primeras decisiones del Sr. Missair fue rediseñar los logotipos de los ODM de manera que fueran más pertinentes —y por ende, comprensibles al instante— para los nicaragüenses, incluidos quienes a la sazón tenían escasa alfabetización funcional.

Por ejemplo, con respecto al ODM relativo a la pobreza —centrado principalmente en la seguridad alimentaria y la malnutrición— un ícono que representaba un plato de sopa fue reemplazado con otro, consistente en una mazorca de maíz. “Lo hicimos con una empresa local y lo validamos para verificar que la gente interpretara correctamente el mensaje. Los resultados positivos llegaron a 98%”.

También se restauró el edificio de la sede de las Naciones Unidas en Managua. Nicaragua es un país dotado de un rico legado de murales, de modo que el Equipo de las Naciones Unidas ofreció un programa para enseñar a los niños técnicas profesionales de preparación de murales y seguidamente los invitó a decorar los muros de los locales de las Naciones Unidas con temas relativos a los ODM.

“Nuestras oficinas están en un barrio que no siempre tiene buenas condiciones de seguridad”, dice el Sr. Missair. “Por la noche, las paredes se cubrirían de “grafitos” o inscripciones anónimas. Pero desde que se prepararon los murales, no hubo un solo caso de grafitos. Ahora, la etapa siguiente es preparar esculturas utilizando materiales reciclables”.

En las zonas rurales, el Sr. Misssair movilizó un equipo de 54 voluntarios nacionales de poco más de 20 años —todos ellos, recientes egresados universitarios— para emprender una campaña de promoción de los ODM en sus municipalidades. Esos voluntarios combinaron el enfoque técnico de los ODM con iniciativas creativas a fin de elevar el nivel de conciencia mediante una serie anuncios radiofónicos breves, gallardetes, murales, ferias locales, puestos en mercados, y foros sobre nutrición y seguridad alimentaria. Se congregaron en pro de la causa y desde entonces, han iniciado diversos proyectos en sus respectivas municipalidades locales, incluida una nueva dotación de bomberos voluntarios.

Cuando, a raíz de la crisis financiera mundial, Nicaragua experimentó una disminución de las remesas y de la asistencia para el desarrollo, el Sr. Missair se encontró cumpliendo funciones de enlace entre el Gobierno y los países donantes y esforzándose al máximo por preservar el apoyo a los proyectos relacionados con los ODM. “Sobre la base de la experiencia de la CCA y el MANUD, y debido a que nuestro UNCT era sumamente cohesivo, pudimos crear un equipo ideal”, dice el Sr. Missair. “Por ejemplo, pudimos obtener 39,2 millones de dólares aportados por España a los ODM. De las ocho cuentas de financiación que se concursaron entre 51 países para el logro de los ODM, obtuvimos seis, de modo que Nicaragua fue el país hacia el cual se encauzó la mayor cantidad de recursos de dichas cuentas”.

El Sr. Missair también se dedicó a alentar la democratización, pero manteniéndose al mismo tiempo apartado de toda injerencia política. “Colaboramos muy estrechamente con la Asamblea Nacional (con ayuda de la financiación aportada por donantes) y pudimos propiciar, por ejemplo, que se iniciara un debate en la Asamblea Nacional difundido por el canal público de televisión —gracias al establecimiento de un canal televisivo parlamentario y del Sitio Web parlamentario— sobre algunos temas delicados, por ejemplo, la legalidad del aborto terapéutico. Estamos involucrados en el debate político sobre la modernización de la Asamblea Nacional. Incluso inauguramos una escuela de liderazgo de la juventud, donde se impartirá formación a jóvenes líderes de diferentes orientaciones políticas, y pertenecientes a distintos grupos étnicos”.

Fue un equilibrio muy arduo de lograr. “Tuve que entrar en el ámbito político, pero sin asumir un papel político”, dice el Sr. Missair, “y contribuir así a aportar estabilidad y equilibrio a un ámbito donde ambos estaban ausentes”.

En octubre de 2009, el Sr. Missair fue designado Coordinador Residente en la República Bolivariana de Venezuela, y lo sucedió en Managua el ex Coordinador Residente en el Uruguay, Pablo Mandeville. “Es un gran desafío”, dice el Sr. Missair. “Tengo entusiasmo y muchas expectativas, porque Venezuela está experimentando importantes cambios que pueden crear nuevas oportunidades para ayudar al país a alcanzar los ODM, realzar la cooperación Sur-Sur y promover los derechos humanos”.

- Mark Turner

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